Es reconocimiento a la democracia hondureña opina internacionalista
En julio del
2018 el entonces presidente Donald Trump, nominó como embajador en Honduras al
diplomático Francisco Palmieri, quien se
desempeñaba como secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, pero nunca
recibió la confirmación del Senado.
El pasado 11
de marzo el Senado estadounidense confirmó a Laura F. Dogu como embajadora en
Honduras. Es el tercer destino diplomático de Dogu en Centroamérica, tras
desempeñarse entre 1991 y 1994 como oficial consular en El Salvador y del 2015
al 2018 como embajadora en Nicaragua.
El
nombramiento de Dogu, a pocos días de instalado el nuevo gobierno hondureño,
debe ser interpretado como una señal de reconocimiento de Estados Unidos a la
democracia hondureña, más que como un cambio en la política de Estados Unidos
según algunos analistas de relaciones internacionales.
“Esto tiene
más que ver con el cambio de gobierno en Honduras que con el relevo en Estados
Unidos, porque el cambio hondureño fue plenamente democrático y eso da pie a
que Estados como Estados Unidos, que abogan por la democracia y la
libertad, consideren ahora que tener un
embajador sea propicio” señala el internacionalista Odín Guillén Leiva, catedrático
universitario y socio de la reconocida firma internacional de abogados Mayora y
Mayora. Guillén agrega que cuando un Estado no está en democracia, Estados que defienden
ese sistema se abstienen de nombrar un embajador en su misión.
Que Estados
Unidos reconozca la democracia hondureña enviando un embajador a pocos días de
la toma de posesión de la presidenta Xiomara Castro, puede resultar irónico
para algunos que culpan al gobierno norteamericano de permitir que el
expresidente Juan Orlando Hernández continuara en su cargo tras las
controvertidas elecciones del 2017.
¿Cómo entender
el apoyo de Estados Unidos al gobierno del presidente Hernández? “Eso es
justamente política internacional, responde Guillén Leiva; Estados Unidos lo
que hizo durante el segundo gobierno de Juan Orlando Hernández fue priorizar
sus intereses en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción en sus
relaciones políticas internacionales, el mensaje era concreto: no te respaldaré
totalmente al no nombrar embajador”.
“Ahora
podemos ver que había un objetivo claro por el cual se consumaron muchas cosas;
el envío de un jefe de misión y los sucesos que han ocurrido este último mes
dan a entender que había una razón para no acreditar un diplomático con tal
cargo en Honduras en aquel momento. En ocasiones hay mensajes de política internacional que se envían haciendo algo y
otras omitiendo algo. Creo que el no tener embajador en la última etapa de
Hernández era un mensaje por omisión”
explica el experto en derecho internacional".
Según explica
Guillén Leiva, la mejor relación
diplomática entre dos Estados se evidencia cuando hay un entendimiento político
y hay respeto de sus valores, su historia y sus metas, y dice que en este
momento coinciden varios propósitos de los dos países como el respeto a su
democracia.
Además, para
Guillén Leiva, la presencia de la vicepresidenta
Kamala Harris en la toma de posesión, demuestra
una relación estrecha del gobierno estadounidense con el nuevo gobierno
hondureño y un respaldo a los proyectos que Honduras pueda tener, como son la
lucha contra la corrupción y el narcotráfico. Es decir que, tanto la visita de
la vicepresidenta como el nombramiento de la embajadora son manifestaciones
soberanas de respaldo y armonía política de peso.
¿Se pueden
esperar cambios en la relación? Cuando hay un embajador la relación es al más
alto nivel, el hecho de tener embajador hace que la relación sea directa. “Es relevante mantener relaciones
diplomáticas, y para Honduras principalmente con Estados Unidos, es algo de
gran beneficio tener un embajador acreditado” dice para concluir el
internacionalista Odín Guillén Leiva.